El alma de la madera, toda una interpretación
Soy Ángel Arroyo, escultor, un artesano de la belleza y el espíritu. De mis manos nacen obras de imaginería religiosa tan delicadas como intensas. Cristos serenos de anatomía perfecta; Vírgenes de ternura infinita; figuras estáticas que son pura emoción contenida. En ellas plasma mi amor reverente por la tradición y mi personal manera de interpretar lo divino.
Soy heredero del legado de los grandes imagineros españoles. Domino un oficio artesanal que va más allá de la técnica: es comprender el espíritu de la madera, identificar cada veta y nudo singular, respetar sus tiempos de secado, maduración y encuentro con los pigmentos. Solo así, la materia cobra vida. Y un trozo de madera se transforma en una escultura religiosa para deleite de los sentidos… y del alma.
Explorad la belleza de la imaginería religiosa
La imaginería religiosa es ese singular arte sacro que cautiva por igual a creyentes y amantes de la belleza. Tallas en madera policromada que son auténticas obras maestras, fruto de un trabajo artesanal minucioso. El imaginero es el artista que crea estas bellas esculturas destinadas a iglesias y ermitas, y en ese arte sublime se centra mi obra, escultor imaginero apasionado.
Descubrid cómo mis creaciones impactan por las armónicas proporciones, el realismo anatómico, la riqueza cromática y la profunda espiritualidad que emana de cada imagen. Técnico impecable, domino el legado clásico pero imprimo también un sello personal contemporáneo. Por ello, las dolorosas, cristos, inmaculadas o santos enamoran a primera vista y elevan el alma.
Arte y devoción en la escultura religiosa
Como escultor imaginero, consagro mi vida a esculpir imágenes sagradas destinadas a iglesias, ermitas y espacios de devoción. Cada obra creada es un tributo personal a mi fe y una búsqueda estética por alcanzar la belleza sublime capaz de elevar el espíritu. Así nacen creaciones como el Cristo cautivo o las diferentes Vírgenes, creadas para diferentes latitudes del mundo.
Figuras de anatomía cuidada, policromía vigorosa y rostros de ensoñadora espiritualidad. Busco enaltecer la imaginería religiosa recreando escenas canónicas pero también plasmando mi personal manera de contemplar lo divino y sagrado. De ahí obras muy personales como San Antonio de Padua.
Cada escultura es un pedazo de mi alma vertido en materia noble para deleite de los sentidos y el espíritu.
La eterna inspiración de lo divino
A lo largo de mi trayectoria como escultor imaginero, he tenido el privilegio de recrear las más conmovedoras escenas y dar vida a los santos más venerados por la tradición cristiana. Imágenes canónicas de mi propia y respetuosa interpretación que han sido consideradas como auténticas obras maestras.
Destacan piezas como mi austera Santa Águeda de Catania, serena en su martirio. Pero también me apasiona innovar, como con mi original Poncio Pilatos, de anatomía vigorosa y gesto reflexivo. ¡Descubrídlos en mi catálogo de imaginería religiosa!